“Es por la Santísima Virgen María que Jesucristo vino al mundo, y es también por Ella que Él debe reinar en el mundo. Dios quiere que su Santísima Madre sea ahora más conocida, más amada, más honrada de lo que ha sido; lo que será posible sin lugar a dudas, si los predestinados entran, con la gracia y la luz del Espíritu Santo. Siguiendo la conducta de esta Bella Estrella de Mar llegarán a puerto seguro a pesar de las tormentas y los piratas. Podrán conocer las grandezas de esta soberana, y se consagrarán enteramente a su servicio en calidad de súbditos y esclavos de amor. Experimentarán sus dulzuras y bondades maternales, y la amarán tiernamente como sus hijos predilectos. Conocerán las misericordias de que está llena, y podrán acudir a Ella en todas sus cosas, como a su querida abogada y medianera ante Jesucristo; sabrán que Ella es el medio más seguro, corto y perfecto para ir a Jesucristo, y se entregarán a Ella en cuerpo y alma, sin reserva, para pertenecer también a Él.” San Luis María Grignion de Montfort.